Este ejercicio se llama “Entre el cielo y la tierra”.

Es un ejercicio de Chikung (Ba Duan Jin) y es mi preferido, ya que sirve mucho para relajar la mente y el cuerpo conectándonos con nosotros en el aquí y ahora.

El desafío que presenta este ejercicio es aquietar la mente. Se otorga a nuestra mente una acción activa; que es la intención y atención plena en los movimientos que estamos realizando; esto hace que al estar presentes, disminuya la actividad de pensamientos. Por eso siempre digo que Chikung en meditación en movimiento para quienes tendemos a ser más ansiosos y meditar sentados nos cuesta en primera instancia.

Otro desafío que nos invita este ejercicio es poder trabajar con la respiración, ya que cada movimiento nace de una inhalación. Se realiza una pausa (retención del aire) y se termina el movimiento con una exhalación; esta modalidad de inhalación – retención del aire – exhalación, hace que automáticamente nuestra mente se relaje, ya que le estamos brindando una información al cerebro de relajación; y repetidas veces se logra una sensación emocional de bienestar.

Por otro lado, el Chikung tiene como base la medicina tradicional china, en la cual se trabaja meridianos, que son puntos energéticos en nuestro cuerpo. Los meridianos regulan nuestros órganos y para la medicina china hablar de órgano y emoción es lo mismo. Ellos; a diferencia de la medicina occidental; entienden al ser humano como una totalidad mente y cuerpo. Por ejemplo, si existe un desequilibrio en el hígado, automáticamente lo relacionan con un desorden de ira o nerviosismo.

En este ejercicio se trabaja los meridianos del bazo y el estómago. Estos cumplen una función muy importante en nuestro organismo, ya que se encargan de separar la energía de los alimentos, la energía que se absorbe y la energía que se desecha. Por lo tanto, su buen funcionamiento ayuda a regular nuestro equilibrio interior y nuestra armonía emocional.

A nivel mecánico (músculos), este ejercicio fortalece las articulaciones y músculos de la columna vertebral, logrando mayor flexibilidad; lo cual ayuda a las dolencias en hombros y cuello; ya que en el ejercicio se expande el pecho, los hombros y se estiran la cintura y columna al llevar una mano hacia arriba y otra hacia abajo.

Recomiendo este ejercicio para lograr un equilibrio interno y bienestar emocional, ya que libera la energía que está de más y recompone la energía vital que necesitamos en un hermoso y delicado equilibrio.

Se los recomiendo!

No se pierdan la próxima entrega de «Meditación en Movimiento».

Namasté,

Lara.

 

 

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